Desde comienzos de este año es posible compaginar el Ingreso Mínimo Vital con las rentas de trabajo o la actividad económica de los autónomos. Con esta medida se establece una alternativa para evitar la “trampa de pobreza” y que los receptores de esta ayuda puedan lograr la autonomía y salir de la exclusión.
RENTA GARANTIZADA DE CIUDADANÍA
Para entender bien cómo funciona esta acepción de la norma hay que explicar el término de renta garantizada y cómo se conjuga con e IMV. La renta garantizada de ciudadanía es la prestación social a través de la cual se aseguran los mínimos de una vida digna a las personas y unidades familiares que se encuentran en situación de pobreza, a fin de promover su autonomía y la participación en la sociedad.
¿QUÉ ES LA TRAMPA DE POBREZA?
Una de las consecuencias de algunas medidas intervencionistas por parte de los estados es la ‘trampa de pobreza’. Esto se traduce en que la existencia de la prestación inhiba a sus beneficiarios de buscar empleo por el temor a perder o ver reducidos sus ingresos.
Tal y como informa el propio Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el objetivo de esta medida es que el beneficiario que se incorpore al mercado de trabajo o incremente el número de horas de empleo en el caso de que ya esté trabajando vea garantizada que su renta disponible sea superior a la que habría tenido sin incentivo, con un incremento que se va atenuando a medida que los rendimientos del trabajo aumentan.
Suscripción gratuita